lunes, 21 de abril de 2008

Fin de semana en Madrid (I)

Como os ponía en la presentación, ésta está escrita en el AVE Barcelona-Madrid.

Y es que como algunos ya sabéis, este fin de semana lo hemos pasado mi mujer y yo en Madrid.

Un concierto de música era la excusa perfecta para volver a la capital, probar el AVE y pasar un buen día con los amigos.

Quiero centrarme en el AVE. Es la primera vez que lo cojo en España (hace años pude disfrutar de la Alta Velocidad entre París y Bruselas, y de vuelta), y sinceramente tenía mucha curiosidad por ver qué tal..

Al ser un sufridor usuario de Cercanías en Barcelona, quería aprovechar la causa de mis desvelos, mis retrasos y de multitud de horas perdidas en un vagón. Además, ya había hecho el mismo viaje tanto en un tren ordinario como en un Altaria.

Como todo, tiene su lado positivo y su lado negativo.

El negativo es el de siempre: el abuso en los precios por parte de Renfe, Adif, el Gobierno o de quién sea que los decida. Pero ese es un mal generalizado en los transportes públicos de este país, y aún más en los ferroviarios. Supongo que están recopilando dinero por si acaso se derrumba la Sagrada Familia (prefiero pensar eso a que alguien se está haciendo de oro).

Lo positivo, lo que ya se ha dicho en todas partes. El viaje es silencioso (por lo menos el tren, en cuanto a los compañeros de vagón ya sabemos que puede haber de todo tipo), rápido (¡qué menos!) llegando a los 301 Km/h en algunos tramos, según información que se aseguran de indicar continuamente (solo conozco un tren con más chulería y sale en un libro de Stephen King), y realmente ni percibes la velocidad ni el movimiento del tren, acelerones, frenadas, etc.

Solamente en el viaje de ida, al salir de Sants sentí un ligero vértigo por la aceleración, pero muuuyyy ligero, casi creo que fue más la expectación que el tren en sí.

Otro rasgo positivo (o no, depende como se mire) es la excesiva puntualidad. En la ida llegamos 10 minutos antes. En la vuelta, a la hora en punto, contando incluso con una paradinha antes de llegar a Sant Boi (no, no había socavones). ¡Ojalá hubiéremos llegado 16 minutos tarde!

Aunque para la ida, la verdad es que nos fue muy bien la puntualidad pues a las 13:00 salía del trabajo y a las 21:00 estaba en el concierto (que empezó tarde, pero con eso nunca puedes contar).

En conclusión, y no cobro comisión de nadie, he de reconocer que el AVE representa una mejora importante en los transportes. El avión es claramente más barato si no te importa arriesgarte a retrasos, ni te importa desplazarte fuera de Barcelona y Madrid para ir a cogerlo. Para mi que era importante tener controlado el tiempo de viaje me fue de fábula. ¡Y me dio tiempo para empezar este blog!

Y no me enrollo más que por hoy ya hay bastante.

Hasta la próxima.

Carcolo

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